El rey debe sentarse en esta mesa con la idea de probar al menos un aperitivo o antipasto italiano con producto local, un entrante, plato principal y postre maridado todo con vinos naturales locales. En este menú se puede cambiar a petición cada plato por uno distinto, dependerá de cada rey o reina.
Una ensalada “a la rusa” pero con ingredientes improvisados.
La paella es indescriptiblemente eficaz como plato. Es de gusto de todos y a nadie se le atraganta jamás tanto sabor. Se pueden obtener distintos tipos dependiendo de los gustos del comensal.
Crujiente de avellana caramelizada con miel de agave, frutos rojo helados y “nogur”.